¿Por qué los fármacos psiquiátricos ayudan a algunas personas y a otras no?

¿Por qué los fármacos psiquiátricos ayudan a algunas personas y a otras no?

Por el Dr. Petrus Raulino

Se sabe que la genética desempeña un papel importante en la manifestación de los trastornos psiquiátricos.

Pero entender cómo afectan las variables genéticas a los tratamientos es un rompecabezas con infinitas piezas.

Varios estudios en humanos y en sistemas modelo experimentales han identificado variaciones genéticas que pueden causar una función neuronal anormal subyacente a la aparición de trastornos mentales.

Los estudios moleculares detallados han permitido conocer muchos tratamientos farmacológicos de los trastornos psiquiátricos.

Aun así, muchos tratamientos psiquiátricos son eficaces para algunas personas y no para otras, probablemente por razones genéticas.

Hay muchas publicaciones sobre cómo la genética puede influir en el tratamiento de los trastornos mentales, pero aquí vamos a dar sólo un pequeño ejemplo de las posibilidades de investigación a través de un estudio en un modelo animal.

Nuevas investigaciones sobre las respuestas al tratamiento

Una investigación de la Universidad de Colorado publicada en la revista eLife ha demostrado una posible razón por la que pueden existir diferencias en la respuesta al tratamiento.

Una proteína del cerebro llamada Akt (proteína quinasa B) puede funcionar de forma diferente en machos y hembras. O, en el caso del estudio, entre ratones machos y hembras.

Se considera que Akt es uno de los principales factores responsables de promover la "plasticidad sináptica", es decir, la capacidad del cerebro para establecer conexiones entre neuronas en respuesta a alguna experiencia.

Los investigadores conocen tres isoformas diferentes de esta proteína: Akt1, Akt2 y Akt3.

Las isoformas son proteínas similares que se originan a partir de un gen o una familia de genes. Las isoformas son el resultado de diferencias genéticas.

Akt1, cuando se combina con Akt2 en el córtex prefrontal, es esencial para el aprendizaje y la memoria. Akt2, por ejemplo, se encuentra en los astrocitos y puede tener mayores niveles cuanto mayor es el grado de malignidad de los gliomas. Akt3 está relacionada con el desarrollo y el crecimiento del cerebro.

Los métodos utilizados en el estudio con roedores se diseñaron para analizar cómo reaccionan los ratones machos y hembras a la deficiencia de diferentes isoformas de Akt.

La deficiencia de Akt1 afectó al comportamiento relacionado con la ansiedad, la memoria espacial, el aprendizaje y la extinción (del miedo o la memoria) en ratones macho. No hubo diferencias en las hembras. Lo mismo ocurrió con la deficiencia de Akt2.

Las alteraciones del comportamiento relacionadas con la ansiedad, la memoria espacial, el aprendizaje y la extinción (del miedo o de la memoria) suelen estar presentes en los trastornos psiquiátricos.

Conclusión

El estudio demostró que las distintas isoformas de la proteína sirven para fines diferentes y pueden actuar de forma distinta en hombres y mujeres, lo que añade otra pieza al enorme rompecabezas de la comprensión de los factores genéticos asociados al comportamiento.

Basándose en estos conocimientos, los investigadores esperan que algún día sea posible dirigirse a proteínas cerebrales específicas para tratar trastornos psiquiátricos de forma personalizada.

Pero queda un largo camino científico por recorrer. Por eso se necesitan más estudios para entender cómo las diferencias en Akt pueden ser útiles para que cada individuo reciba el tratamiento adecuado a su genética. Estamos a la espera de nuevas investigaciones.

 

Referencias

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