A demencia engloba un conjunto de síntomas caracterizados por un deterioro progresivo de las funciones cognitivas. Aunque se considera una consecuencia natural del envejecimiento, su origen está relacionado con procesos biológicos, enfermedades neurodegenerativas, inflamación crónica y factores metabólicos y vasculares.
Comprender sus tipos, causas, mecanismos fisiológicos y consecuencias en el organismo es esencial para un diagnóstico precoz e intervenciones eficaces.
Qué es la demencia
A diferencia del olvido común asociado al envejecimiento, la demencia es una afección que resulta de un daño irreversible de las células cerebrales. Supone la pérdida persistente y progresiva de las funciones intelectuales.
Definición y concepto
La Asociación Americana de Psiquiatría clasifica la demencia como un trastorno neurocognitivo grave caracterizado por el deterioro progresivo de las funciones cognitivas. Afecta a capacidades como el lenguaje, la memoria, el razonamiento, el juicio y la atención.
Diferencia entre demencia y delirio
El delirio es un estado confusional agudo o subagudo, caracterizado por fluctuaciones del estado de alerta, desorientación en el tiempo o el espacio, falta de atención y de capacidad para pensar con claridad. Es una situación repentina, sin la progresión gradual y acumulativa que caracteriza a la demencia.
La demencia, en cambio, tiene un inicio gradual y suele afectar principalmente a la memoria y no necesariamente a la atención, como ocurre en el delirio. La demencia se produce de forma insidiosa (lenta y progresiva).
Tipos de demencia

Existen varios subtipos de demencia, ya que la demencia es una enfermedad sindrómica desde el punto de vista clínico, que reúne signos y síntomas de pérdida cognitiva y funcional que pueden darse en diferentes diagnósticos.
Demencia en la enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es el tipo más común de demencia, y representa entre 60% y 80% de los casos, según datos del Instituto Nacional para la Prevención de la Demencia. Asociación Americana de Psiquiatría.
Las personas afectadas por esta enfermedad pierden neuronas que funcionan en las zonas del cerebro responsables de la memoria y la cognición. Esto se debe a que los depósitos anormales acumulados de proteína beta-amiloide en el tejido cerebral y de proteína tau en las neuronas provocan, respectivamente, la formación de placas seniles y ovillos neurofibrilares que interrumpen la actividad celular y causan la muerte neuronal.
Demencia vascular
La demencia vascular está causada por daños cerebrales derivados de cambios en la circulación sanguínea del cerebro, como los que se producen en un ictus. Los síntomas de la demencia vascular, incluidos los problemas cognitivos, pueden variar según la zona del cerebro afectada.
Demencia frontotemporal
Este tipo de demencia es el resultado de un proceso neurodegenerativo, principalmente en los lóbulos frontal y temporal del cerebro. Las características clínicas de la demencia frontotemporal están relacionadas con la pérdida de funciones desempeñadas por estas regiones cerebrales.
El lóbulo frontal es responsable de funciones cognitivas superiores como la planificación, la toma de decisiones, el control inhibitorio, la regulación emocional, el comportamiento social y el lenguaje. El lóbulo frontal también interviene en el movimiento voluntario, ya que alberga el córtex motor primario.
El lóbulo temporal es responsable del procesamiento de la información sensorial, como sonidos, imágenes y olores, y de la creación de recuerdos. Esta región también es importante para la comunicación, la comprensión del lenguaje y el procesamiento de las emociones.
Demencia por cuerpos de Lewy
A menudo confundida con la enfermedad de Parkinson, la demencia por cuerpos de Lewy está relacionada con la formación de proteínas alfa-sinucleína en el sistema nervioso, formando cuerpos de Lewy. Estas estructuras dañan las neuronas y deterioran progresivamente las funciones motoras, cognitivas y conductuales de quienes padecen la enfermedad.
Los síntomas suelen incluir cambios en el sueño y el estado de ánimo, alucinaciones, temblores y rigidez muscular. Además, se produce una reducción de la actividad de la acetilcolina, un neurotransmisor esencial para la memoria y la cognición.
Demencia en la enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson no sólo afecta al área motora, también puede causar graves problemas cognitivos y demencia en fases más avanzadas, provocando problemas de memoria, concentración y cambios en el estado de ánimo del enfermo.
Demencia en la enfermedad de Huntington
La enfermedad de Huntington es hereditaria y provoca movimientos aleatorios involuntarios, cambios psiquiátricos y deterioro mental. Las partes del cerebro que ayudan a coordinar los movimientos degeneran, y la función mental pierde fuerza en relación con el autocontrol y la memoria.
El gen de la enfermedad es dominante, lo que significa que las personas que heredan un solo gen anormal de sus padres tienen una probabilidad significativamente mayor de desarrollarla. Según información citada en Manual MSDla probabilidad es 50%.
Demencia mixta
La demencia mixta se produce cuando más de una de estas demencias afecta a la misma persona. Un ejemplo común es la enfermedad de Alzheimer asociada a deterioro cognitivo vascular y demencia.
Principales síntomas de la demencia
Los síntomas pueden variar según el subtipo de la enfermedad, pero hay características comunes.
Síntomas iniciales
La primera síntomas de demencia suelen ser leves, incluyendo:
- Pérdida de memoria de acontecimientos recientes;
- Dificultad para pensar de forma abstracta, realizar muchas actividades, comprender el lenguaje o utilizar el sentido común;
- emociones inestables e impredecibles;
- confusión mental;
- cambios de personalidad.
Síntomas intermedios
Como forma progresiva, los síntomas de la demencia empeoran y se expanden, dificultando la realización de las siguientes actividades:
- recordar acontecimientos pasados;
- aprender algo o recordar información nueva;
- tareas cotidianas como bañarse, comer, ir al baño y vestirse;
- controlar el tiempo y saber dónde estás;
- reconocer personas u objetos;
- controlar su comportamiento;
- entender lo que oye o ve.
Se calcula que la confusión mental de la demencia provoca síntomas de psicosis, delirios y alucinaciones o paranoia en aproximadamente 10% de personas afectados por la enfermedad.
Síntomas avanzados
Con el tiempo y sin el tratamiento adecuado, las personas con demencia pierden completamente la memoria, pueden no reconocer a familiares cercanos y son incapaces de seguir una conversación racional.
Los síntomas tardíos de la enfermedad incluyen interferencias en el control muscular. Como resultado, la persona es incapaz de caminar o realizar tareas sencillas como comer.
Efectos fisiológicos de la demencia
El proceso degenerativo de la enfermedad provoca cambios estructurales y funcionales en el sistema nervioso central, afectando a diferentes regiones cerebrales.
Cambios en el sistema nervioso central
La demencia de Parkinson y la de Alzheimer provocan diferentes anomalías en el desarrollo del tejido cerebral.
Degeneración neuronal
En la enfermedad de Parkinson, las células nerviosas de una parte de los ganglios basales, denominada sustancia negra, degeneran, produciendo menos dopamina y reduciendo el número de conexiones entre células. Como resultado, se deteriora el movimiento muscular y hay una pérdida de coordinación.
Formación de placas y ovillos
Se trata de un cambio similar a la demencia en la enfermedad de Alzheimer. Las placas neuríticas son células muertas que rodean un núcleo de beta-amiloide. Los ovillos neurofibrilares, por su parte, son hebras trenzadas de proteínas en el interior de las neuronas.
Impacto en el sistema cardiovascular
La demencia en personas que presentan factores de riesgo o síntomas de ictus se clasifica como demencia vascular.
Relación con las enfermedades vasculares
Las enfermedades vasculares pueden contribuir al desarrollo de la demencia. Entre los factores de riesgo figuran la diabetes, la hipertensión, la insuficiencia cardiaca, la hiperlipidemia, la cardiopatía coronaria y la fibrilación auricular.
Cambios en el metabolismo cerebral
Las personas con demencia suelen presentar un metabolismo disfuncional de la glucosa.
Consumo de glucosa y oxígeno
La sangre y la glucosa son responsables del proceso de oxigenación de nuestro cuerpo y de la energía cerebral. Por lo tanto, cuando una región del cerebro no recibe el aporte sanguíneo correcto, puede deteriorarse.
Efectos biológicos de la demencia

Existe una compleja interacción de alteraciones genéticas, moleculares e inflamatorias que contribuyen a la neurodegeneración progresiva.
Cambios genéticos y moleculares
La interacción entre factores genéticos y ambientales desempeña un papel importante en la etiología de los tipos de demencia.
Genes asociados a la demencia
Diferentes estudios señalan los principales genes asociados a la demencia: APP, APOE4, PSEN1 (presenilina 1), PSEN2 (presenilina 2), MAPT (proteína tau) y SNCA (alfa-sinucleína).
Proteínas anormales
En la demencia debida a la enfermedad de Alzheimer se producen cambios, como depósitos de beta-amiloide y mayores niveles de tau, un componente de los ovillos.
Inflamación y respuesta inmunitaria
La inflamación crónica del sistema nervioso central es un factor claro en la progresión de la demencia.
El papel de la microglía y la inflamación crónica
Según un estudio publicado en la revista NaturalezaLa microglía tiene una función neuroprotectora, degradando proteínas anormales como la beta-amiloide. Sin embargo, en la demencia, su activación prolongada conduce a la liberación excesiva de citoquinas inflamatorias, favoreciendo el daño neuronal.
Estrés oxidativo y daño celular
Un estudiar publicado en la National Library for Medicine informó de que la baja utilización de glucosa en el cerebro puede implicar varios aspectos, como resistencia a la insulina, glicosilación y plegamiento incorrecto de proteínas y acumulación de productos de estrés oxidativo, con efectos de daño celular.
Impacto en el organismo en su conjunto
Los síntomas de la demencia repercuten en el comportamiento, la cognición y la percepción de los sentidos, lo que a menudo dificulta la convivencia con los familiares.
Cambios en el comportamiento y la cognición
Los pacientes con demencia sufren un deterioro cognitivo porque su enfermedad merma su capacidad para cuidar de sí mismos y realizar sus tareas cotidianas.
A medida que la enfermedad avanza, el paciente puede tener dificultades para enfrentarse a situaciones y entornos nuevos, además de preocuparse por cometer errores durante su rutina. Son frecuentes problemas de comportamiento como ansiedad, agitación, cambios de personalidad y depresión.
Efectos sobre el sueño y los ritmos circadianos
Las personas con demencia de Alzheimer o cuerpos de Lewy suelen padecer insomnio y confunden el día y la noche. Su percepción de la luz tenue también se ve afectada, por lo que es más probable que malinterpreten lo que ven.
Cambios en la percepción sensorial
En la demencia debida a Enfermedad de AlzheimerCon el Parkinson y los cuerpos de Lewy, todos los sentidos pueden sufrir alteraciones, como la agudeza visual y la pérdida de conciencia del tiempo y el espacio.
Factores de riesgo y prevención
Aunque no existen causas ciertas de demencia, algunos factores de riesgo ponen de manifiesto la importancia de un seguimiento médico regular para un posible diagnóstico precoz.
Factores genéticos y medioambientales
Las señales de alarma son
- vejez;
- antecedentes familiares de demencia;
- enfermedades cardiovasculares o diabetes;
- enfermedades metabólicas;
- tabaquismo y consumo excesivo de alcohol;
- el sedentarismo y una alimentación poco sana;
- exposición a contaminantes y metales pesados;
- privación del sueño y estrés crónico.
Por ello, para prevenirla es fundamental mantener el cuerpo y la mente sanos, procurando unas buenas prácticas cotidianas y realizando revisiones periódicas, así como un seguimiento médico en caso de que existan factores de riesgo.
Diagnóstico de la demencia
La falta de memoria suele ser el primer signo que notan los familiares, pero para diagnosticar la demencia es necesario realizar un chequeo completo de pruebas de imagen y de laboratorio para descartar otras posibles causas de los síntomas.
Evaluación médica
En la anamnesis, el médico hará una serie de preguntas al paciente y a su familia. El objetivo es conocer su historial médico e información importante para el diagnóstico.
Pruebas de función mental
El segundo paso consiste en realizar una prueba de estado mental muy sencilla, que consiste en poner a prueba la memoria del paciente. Se trata de nombrar objetos, escribir y copiar formas, así como recordar listas cortas. También puede ser necesario realizar pruebas neuropsicológicas.
Diagnóstico por imagen y análisis de sangre

El análisis de sangre medirá los niveles de hormona tiroidea para analizar la presencia de alteraciones y deficiencias en los niveles de vitamina B12. La tomografía computerizada y la resonancia magnética se realizan durante la evaluación inicial de la demencia.
Estas pruebas son necesarias para identificar anomalías que pueden causar demencia, como ictus, tumores cerebrales, hematomas subdurales e hidrocefalia normotensiva.
Si es necesario, un TAC de emisión de fotón único o una tomografía por emisión de positrones ayudarán a diferenciar entre los distintos tipos de la enfermedad, como el Alzheimer, demencia frontotemporal y demencia con cuerpos de Lewy.
La importancia de la detección precoz
La detección tardía conlleva complicaciones más graves de la enfermedad, lo que reduce la calidad de vida del paciente. Por eso, identificar la demencia a tiempo ayuda a establecer terapias cognitivas y medicamentos que ralenticen el deterioro cognitivo.
Necesidad de asesoramiento psiquiátrico
La demencia no sólo afecta a la cognición, sino también al comportamiento, las emociones y la funcionalidad del paciente. En este caso, el asesoramiento con un psiquiatra ayuda a distinguir entre demencia y otras afecciones, así como a controlar los síntomas neuropsiquiátricos, adaptarse a la enfermedad y apoyar a familiares y cuidadores.
El enfoque debe ser individualizado, combinando intervenciones farmacológicas y no farmacológicas, como terapias conductuales, estimulación cognitiva e intervención psicosocial. Todo ello para ofrecer una atención más humanizada y eficaz.