Por el Dr. Petrus Raulino
Durante la pandemia, el delirio ha surgido como una complicación conocida de la COVID-19. Su importancia clínica se debe a su elevada prevalencia y mortalidad.
La aparición de delirio puede considerarse un indicador de peor pronóstico y gravedad.
El delirio (alteración mental de base orgánica) no debe confundirse con el delirio (comúnmente asociado a trastornos psicóticos).
Pero, ¿qué es el delirio?
El delirio es un estado confusional agudo de aparición súbita y evolución fluctuante, con oscilaciones del nivel de conciencia, falta de atención y cambios en la cognición.
Su base es orgánica y suele empeorar al atardecer o por la noche.
Es frecuente en la presentación de diversas enfermedades cerebrales o extracerebrales, especialmente en los ancianos.
Estudios recientes publicados en JAMA (Journal of the American Medical Association) han descrito tasas de aparición de 25% a 37% de delirium en pacientes hospitalizados fuera de las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos) y de más de 65% en pacientes de UCI.
Delirio y Covid-19
El desarrollo del delirio en pacientes con COVID-19 se asoció con un mal pronóstico y una mayor mortalidad, incluso después de excluir los efectos de la comorbilidad o la gravedad de la enfermedad.
COVID-19 contribuye al delirio a través de muchas vías cerebrales.
Los principales factores parecen ser citoquina y la desregulación inmunitaria que desencadena la neuroinflamación (en el cerebro y las meninges) y la hipercoagulabilidad (que contribuye al infarto cerebral en 1% a 3% de los pacientes hospitalizados).
Otros factores que favorecen el delirio
Además de los factores biológicos asociados al COVID-19, existen otros factores que pueden favorecer el delirio, como por ejemplo
- Medicamentos con efectos psicoactivos;
- Ventilación mecánica;
- Estancia en la UCI;
- Inmovilidad;
- Malnutrición;
- Aislamiento social;
- Trastornos del sueño; y
- Estrés emocional.
Debido a los procedimientos obligatorios de aislamiento para el control de infecciones hospitalarias durante la pandemia, las condiciones ambientales para evitar la propagación del nuevo coronavirus predisponen al riesgo de desarrollar delirios, especialmente en los ancianos.
Prevención y gestión
Los procedimientos de aislamiento hospitalario obligatorio son lo contrario de las estrategias conocidas para la prevención y el tratamiento del delirio.
Pero tales procedimientos han sido necesarios mientras han durado los esfuerzos por combatir la propagación del nuevo coronavirus.
La capacidad de reconocer y controlar el delirio afectará directamente a los resultados clínicos en esta población.
Las estrategias multidisciplinares y no farmacológicas siguen siendo aliadas importantes para la prevención y el tratamiento del delirio asociado a la COVID-19, así como los enfoques que implican a los familiares incluso a distancia.
Referencias
Inouye, S. K. (2021). The Importance of Delirium and Delirium Prevention in Older Adults During Lockdowns. JAMA.